Crítica: Los Mercenarios 2

Título original: The Expendables 2 Año: 2012 Duración: 102 min. País: EEUU Director: Simon West  Guión: David Agosto Música: Brian Tyler Fotografía: Shelly Johnson Reparto: Sylvester Stallone, Jason Statham, Bruce Willis, Arnold Schwarzenegger, Jean Claude Van Damme, CHUCK NORRIS, Jet Li Productora: Millennium Films

Valoración: 7/10

Cuando la venganza mueve a los hombres mas peligrosos de todo el planeta la diversión está asegurada, porque eso es lo que nos ofrece Los Mercenarios 2, entretenimiento puro y duro para los amantes de estas incansables leyendas. Muy mal lo tendría que haber hecho Simon West para no habernos dado lo que esperábamos de esta secuela.


Sencillamente estamos ante una de las mejores películas de acción pura de toda la historia. La cinta se abre con una secuencia memorable que no hace sino prepararnos para lo que se nos viene encima: la apoteosis del género. El grupo de viejas glorias se vuelve a reunir, y riéndose de ellos mismos entre puñetazo y puñetazo consiguen dejar a toda la sala con la boca abierta.

No vamos a hablar de los fallos del guión, a nadie le importa que la lógica narrativa brille por su ausencia ni que los diálogos los haya escrito un niño de 7 años. Sin embargo es cierto que la película se va resintiendo poco a poco hasta la estelar aparición de Chuck Norris, que no solo nos brinda la mejor escena del film, sino una de las mas míticas de lo que llevamos de siglo, y que enciende la mecha de forma que la espectacularidad de la cinta aumenta exponencialmente a partir de este momento para desembocar en un arrollador final.

Chuck Norris, pese a su escaso tiempo en pantalla, es el protagonista indiscutible de la película. Agosto es consciente de la grandiosidad del actor y lo demuestra brindándole un guión con el trato que se merece, el de la figura mas potente de todas las que desfilan por la pantalla.
De forma completamente ilógica pero absolutamente deliciosa vuelve a hacer una nueva aparición para ponerle la guinda a una secuencia final que es la definición gráfica de la palabra "acción". En un mismo plano West nos deslumbra con las tres grandes figuras del género, Schwarzenegger, Willis y Stallone, ametrallando a docenas de terroristas (o lo que yo creo que son terroristas, porque la naturaleza de los "malos" no está muy bien definida) en un aeropuerto mientras se intercambian bromas sobre sus pasados cinematográficos. Simple y llanamente grandioso, porque ver al chuache diciendo "Yipi ka yei" y "Aquí falta Rambo" o a Willis gritándole sobre el sonido de los disparos que "ya voy yo, que tu ya has vuelto muchas veces" es un sueño hecho realidad.

El trato que recibe Van Damme es uno de los puntos menos favorables cuando tomamos en consideración todo el conjunto fílmico. Como némesis del grupo de mercenarios se nos presenta de forma atropellada y apenas se esbozan claramente sus intenciones, de forma que no llegamos a verlo como una amenaza real. Por otro lado la forma en la que se plantea su enfrentamiento final contra Stallone me ha parecido muy adecuada, un combate cuerpo a cuerpo de corta duración pero muy intenso que de haber tenido mas peso en el guión habría marcado aun mas la poca presencia argumental de Van Damme.

Pero como ya os he dicho todos estos fallos desaparecen a la sombra de un elenco que, por otro lado, es la única razón para ver la película.